Discurso

QUIERO parecer coherente. Sin frases Clichés, sin sentido o con destino indefinido. Nada abstracto, algo concreto, real y crédulo. No quiero ser redudante, quiero ser precisa y consisa. Eficaz. Quiero hablar en público. Que me aplaudan y me sigan. Mover masas y crear ideales. Partidos políticos anti-políticos. Revoluciones en contra la revolución del revolucionario. Quiero hablar en público y tener desplante digno de admiración. Que mi voz sea la voz de los sin voces. Que mi humildad se respresente en los ojos de los humildes. Porque es el pobre el primer ser humano del planeta, porque es el hijo de Dios, esta representado en Dios. ¡Quiero ser la revolución del revolucionario!. Pero no quiero ser contradictoria. Quiero hablar en público y que mi entusiamo sea digno de convocatorias. Quiero parecer coherente. Sin frases Clichés, sin parodias, ni burlas. Nada abstracto, algo concreto, real y CRÉDULO.

Buenas (?) Noticias

Me reía como perra loca. N0. Como hiena de películas infantiles cuando me contaron que tu desgracia había golpeado la puerta. Es que nunca pensé que me podria hacer tan feliz saber que era tu turno y ya no el mío. Era como si por fin, no se quien hiciera justicia, como si, no se donde, te hicieran bufón de mi aburrimiento. Y lo disfrutaba y te imaginaba y reía y reía. Como perra loca. No. Como hiena de películas infantiles. Y lo disfrutaba y te ví. Hasta que te ví. Maldita conciencia, maldito remordimiento, maldita educación cristiana. Mejor me voy a ver tele, a comer chocolates, empapar mis mejillas y ensuciar mi pañuelo, como buena mujer.

La inversión

Por las noches en secreto me decias que te guardara las lágrimas en silencio y prometiste que un día iríamos a las Casas de Cambio y nos darian sonrisas por montones. Sí, que esperariamos a que las lágrimas subieran su precio para poder cambiarlas por más sonrisas y hacer una buena inversión. Por las noches te escuchaba y repetias: Guardamelas en silencio, por favor. Guardamelas en silencio. Lo que nunca te conté, quizás para no aumentar tu pena. Para que no dudaras de mi inocencia. Es que yo ya sabia y de mucho antes. Las sonrisas no valen nada. Ni un litro de lagrimas. Ni las consigues en las Casas de Cambio. Pero aún asi y en silencio. Las guardé.

Almorzar

El restorant era muy bonito y caro. Yo de frente y tu de frente. Nos mirabamos fijamente. Comenzaste titubeante y con temor . Un discurso retardado. Practicado en un espejo o quizás, antes de dormir. Me explicaste. Te entendí. O al menos lo intenté. Lloramos. Y el resto de la gente comía indiferente. Mañana será distinto. Me tomaras la mano. Y yo la quitaré. Pero no por no quererte. Si no, simplemente, por tus palabras retardadas, practicadas en un espejo o quizás, antes de dormir...